lunes, 2 de enero de 2012

¿Por qué tenemos calambres?


Los calambres nocturnos son los peores, hasta lágrimas te sacan, pero no queda de otra que aguantarse y esperar que el dolor pase. Pero, ¿por qué me ocurre esto?

Los calambres, le pueden pasar a cualquiera, así seas un deportista profesional o una persona con un ritmo tranquilo de vida.

Otras posibles causas son la deshidratación muscular o la insuficiente circulación de sangre a través de los músculos.
Veamos también en qué situaciones y a qué tipo de personas les dan calambres con frecuencia:
  • Las embarazadas: puede ser que se acalambren porque el bebé absorbe la mayor parte de los nutrientes de su cuerpo o porque no están tomando suficientes líquidos.
  • Las que usan zapatos inadecuados: llevar un zapato de una talla que no te corresponde, usar tacones demasiado altos, zapatos sin contención adecuada para el pie o no usar zapatos deportivos al hacer ejercicios puede producirte calambres.
  • Las que exigen demasiado a sus músculos: hacen ejercicios muy fuertes para su cuerpo, no hacen calentamiento antes de la actividad deportiva o se sumergen en aguas muy heladas (cambio de temperatura).
  • Las que tienen problemas circulatorios, han tenido ciertos tipos de cirugías o usan ropa muy apretada que les corta la circulación.

¡QUÉ HACER?
Antes del calambre suele presentarse una fasciculación o movimiento involuntario en el músculo, parecido a un tic, que indica excitación excesiva de las terminales nerviosas, de modo que esta señal puede ser una advertencia. En el momento de la contracción, la persona afectada u otra que le auxilie deberá ejecutar una serie de sencillos pasos para resolver la situación, siempre conservando la calma.
Primeramente se interrumpirá la actividad que se realiza, aunque generalmente el propio calambre obliga a detenerse; luego se procederá a estirar el músculo y a darle masaje vigoroso para que la tensión desaparezca. También da buenos resultados y reconforta apretar con fuerza la zona afectada, tratando de no dañar o pellizcar la piel.
Una vez que el espasmo cede, la extremidad se debe poner en movimiento con suavidad para que el músculo trabaje, con la finalidad de prevenir el resurgimiento del malestar. Finalmente, refrescar la región con agua fría suele ayudar; no es necesario tomar analgésico alguno ni aplicar pomadas o ungüentos.

LOS CALAMBRES PUEDEN EVITARSE

Existen diversos recursos que ayudan a prevenir estas molestas manifestaciones:
  • Estirar los músculos antes de hacer cualquier ejercicio.
  • Evitar esfuerzo físico excesivo, aunque se recomienda practicar ejercicio por lo menos tres veces por semana.
  • Tomar líquido suficiente (6 a 8 vasos con agua al día); si hay pérdida fuerte se recomienda ingerir soluciones con electrolitos, como sodio y potasio.
  • Disminuir la cantidad de grasa en la dieta Incorporar alimentos ricos en calcio; lácteos, pescados, frutas y legumbres son fundamentales.
  • También se recomiendan los cítricos (naranja, toronja, limón, guayaba), que tienen importante contenido de potasio.
  • Mantener peso regular y adecuado.
  • Si se detectan problemas de circulación, podrá utilizarse una bolsa con agua caliente para favorecer el flujo sanguíneo.
  • Excluir refrescos, café, tabaco y alcohol de la dieta.
  • Corregir posturas que provoquen tensión o presión sobre los músculos.
  • Recuerde que los calambres suelen ser un padecimiento inofensivo, por lo que las medidas arriba citadas bastarán para erradicarlo; en caso de que el problema persista se deberá acudir a un médico general para encontrar las causas del malestar.

Recuerda que los calambres suelen ser un padecimiento inofensivo, por lo que las medidas arriba citadas bastarán para erradicarlo; en caso de que el problema persista se deberá acudir a un médico general para encontrar las causas del malestar.

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