miércoles, 21 de diciembre de 2011

Aprende a superar la presión en tiempos de crisis.

Estamos en tiempos difíciles, y a todo eso se nos suma nuestros problemas personales, familiares, económicos, sentimentales, etc. Hay muchas razones que nos pueden llevar al estrés, y por tanto son momentos de mayor presión.
Los momentos de mayor presión hay que saber aceptarlos, aunque las personas nos solemos enfrentar a la presión de distinta manera.
Algunos caen en una etapa de negación, que suele ser esa etapa en que negamos lo que nos está pasando e intentamos ocultarlo, pero esto sólo nos daña a nosotros mismos y no es la solución a nuestros problemas.
Otros se paralizan o reaccionan con miedo, de manera que no se buscan soluciones, ya que no se afronta el problema de cara.
El resto de personas reacciona con rabia o con tristeza. Son dos maneras distintas de afrontar el problema pero llevan a lo mismo.
Muchas personas pasan por todas estas fases sin darse cuenta. Y muy pocas personas son capaces de reaccionar de buena manera ante la presión. Estas últimas son las personas que tienen la competencia de trabajar bajo presión, cualidad que seguramente habrás visto en alguna oferta de trabajo.
Aguantar el trabajo bajo presión es difícil para muchas personas, por lo que hay que aprender a superar la presión. Esto te ayudará no sólo a nivel laboral sino también a nivel personal, ya que la presión surge en todos los ámbitos y todas las épocas de nuestra vida.
En épocas de crisis, aprende a superar la presión. En este artículo te doy algunos consejos para que te ayuden en este aspecto:
Descansa. El descanso es muy importante. Procura dormir al menos 8 horas diarias, y también tomarte pequeños descansos durante el trabajo. Dormir bien es una de las cosas más efectivas para rendir más. No te olvides tampoco tomarte unas pequeñas vacaciones de relax.
Delega. Si tienes un trabajo donde tienes que dar lo máximo de ti y piensas que eres insustituible en ciertas tareas, es hora de que te des cuenta de que nadie es insustituible y debes aprender a delegar en personas de confianza que puedan hacer esas tareas. Enseña a alguien, ya que si en algún momento no puedes hacer todo de una vez necesitarás la ayuda de esa persona. No es bueno que lo lleves tú todo siempre. Pero recuerda, es tan importante saber delegar como saber en quién delegar.
Planifica. Ordena tus ideas, ordena tus tareas. Siempre planifica lo que pretendes, cómo lo vas a conseguir y ordénalo todo de la manera más sencilla posible. No dejes las cosas para última hora ya que siempre pueden surgir improvistos, las cosas principales hazlas lo antes posible.
Libera tensiones. Tienes que tener algún hobbie, algo que te haga despejarte de tu rutina diaria. Si haces ejercicio frecuentemente también te ayudará a aliviar tensiones. Busca algo que te gusta y dedícale tiempo. No todo va a ser trabajo.
Confía en ti. Tú puedes, sabes que puedes, por eso estás ahí, por eso se te presenta la dificultad. Piensa en la frase que “si algo no tiene solución ¿para qué preocuparte?, y si tiene solución ¿para qué preocuparte? La autoconfianza es un punto muy importante.
Improvisa. Aprende a improvisar, piensa en lo que podrías hacer si surge un improviso, siempre ten en cuenta otras posibilidades por si algo sale mal. No tiene que salir mal, pero, ¿y si sale? No dejes ningún cabo suelto, así si pasa algo estarás preparado/a.
Si tienes en  cuenta y cumples todos estos puntos al pie de la letra, y como verás no es tan difícil, te costará menos enfrentarte a momentos de tensión.


Fuente: TF.COM

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