martes, 20 de diciembre de 2011

Aprendiendo el lenguaje de los perros


Ir aprendiendo el lenguaje de los perros es un reto para todo aquel que tenga uno y quiera comunicarse con él sin ningún problema. ¿Es difícil aprender?

¿Qué significa esa forma de ladrar?


Un perro que no ladra es como un radio sin altavoz. La potencia del ladrido constituye una valiosa fuente de información: los tonos bajos representan amenazas, principio de ataque e, incluso, rabia. Sin embargo, también hay que considerar el tipo de actividad: si está jugando, un ladrido bajo podría ser síntoma de diversión.

Por ejemplo, el ladrido agudo y corto durante la disputa de un objeto significa que está concentrado y que su objetivo es, sin duda, ganar la partida. Por otro lado, cuando la modulación es alta, se intuyen situaciones de dolor, miedo o, incluso, alegría (como cuando adoptan un tono casi "cantarín")

En cierto modo, el perro emplea el tono de manera similar al hombre: utilizamos un timbre bajo cuando estamos tristes, sonoro en los enojos y alto cuando se expresa dicha o algún otro sentimiento de satisfacción.

También es importante valorar la frecuencia y duración de los ladridos. Si estos son largos y distanciados entre sí, lo más probable es que el can esté loco por ponerse a jugar; y si además esta actitud va acompañada de movimientos rápidos o pequeñas carreras, no hay duda, necesita salir a la calle. Por el contrario, si los ladridos son rápidos y continuados, es posible que intente comunicar su preocupación y nerviosismo.

Conviene saber que


  • El saludo consiste en uno o dos ladridos, agudos y breves, pronunciados en un tono intermedio.
  • Una situación de alerta provocará en él modulaciones continuadas y rápidas, siempre en un tono intermedio. De esta forma anuncian que algo o alguien desconocido se acerca a su territorio.
  • ¿Quién anda ahí? Los ladridos que se interrumpen, con intervalos más o menos largos entre uno y otro, significan que el animal quiere averiguar quién o qué está merodeando por su lado.
  • ¡Se acabó! Cuando un can quiere poner fin a una situación que le desagrada, modula un ladrido agudo y muy breve. En ocasiones también es un imperativo: "Necesito salir a la calle" o "me muero de hambre".

¿Por qué gruñes?


No todos los gruñidos pueden ser interpretados como una amenaza. Esta forma de expresión incluye desde el placer extremo hasta la ira más salvaje.

  • La estoy pasando de maravilla: cuando un perro gruñe suavemente y su expresión no deja al descubierto los dientes, sólo puede ser síntoma de placer. Más aún cuando los gruñidos se mezclan con ladridos entre cortados.
  • Tengo miedo: los canes sólo conocen una forma para expresar temor o inseguridad, y ésta consiste en emitir gruñidos irregulares que van variando la intensidad.
  • Apártate de mi lado: un perro enojado que quiere lanzar una advertencia a su contrario emitirá un gruñido suave y constante. Según va subiendo la frecuencia, aumenta la amenaza hasta llegar a un gruñido sonoro, con colmillos descubiertos y actitud amenazante: el combate va a empezar.

Mensajes en forma de aullidos


Hay aullidos que sobrecogen, y otros que sólo se emiten para llamar la atención:

  • ¡Cómo me duele!: si a un perro le pisan el rabo, emitirá un aullido alto y muy breve, equivalente al ¡ay!, humano. Es la respuesta a un dolor que le ha llegado por sorpresa.
  • Me muero de miedo: exactamente igual que el anterior pero acompañado de actitudes temerosas (encogimiento, rabo oculto...)
  • ¡Quiero jugar!: cuando los aullidos son repetitivos, entrecortados y se emiten en un tono ascendente, el perro intenta llamar la atención del amo para que éste se una a la diversión.

Gemidos que dan pena


Esta expresión generalmente va acompañada de gestos lastimeros y ojos caídos. Es el lenguaje propio de los cachorros y, en realidad, tiene un único sonido y tres interpretaciones: hambre, frío o miedo.

Para averiguar qué sucede, es necesario apoyarse en factores externos: bajas temperaturas, estado de soledad... Cuando el que gime es un adulto, tiene otras connotaciones: lo más probable es que esté desando jugar o que tenga necesidad de salir a la calle.

Suspiros: decepción o placer


No hay vuelta de hoja: un suspiro significa decepción o placer.
Cuando el aire se expulsa con los ojos abiertos, el perro está manifestando su decepción: algo que él estaba seguro de que iba a ocurrir, no ha sucedido. Si, por el contrario, el animal entrecierra los ojos, su estado es de total felicidad: todo lo que lo rodea le produce placer.

Rugidos y poder


El rugido es el lenguaje de los ejemplares de caza, que así demuestran su poderío y seguridad. Es difícil que un perro de compañía los emita, aunque no es imposible. Si el rugido va acompañado de aullidos, el animal está diciendo algo así como "aquí estoy". Los canes muy mimados que se enfrentan a una situación de disgusto intentan, de esta forma, salirse con la suya.

Desconocido

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